Llamado también galgo inglés de pelo duro o galgo escocés, su nombre se origina en el ciervo (precisamente, Deer significa ciervo) del cual, en pasadas épocas, era un implacable cazador. Sin lugar a dudas, menos ágil y veloz que el Greyhound, es sin embargo, más robusto y resistente, dócil y afectuoso con los amos y con los niños. Tiene necesidad de disponer de grandes espacios donde poder moverse libremente aunque también le gusta vivir en la casa en estrecho contacto con los propietarios hasta el punto, que hoy es empleado, casi exclusivamente, como perro de compañía.